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martes, 29 de julio de 2008

Utopía (2005)

Documentillo escrito algunos años atrás...


Aún no sé cómo sucedió todo... aparentemente las cosas se dieron, ya que para cuando el nivel etílico en mi cuerpo descendió, mis labios descansaban sobre los suyos y mis manos sobre su espalda.

Mil imágenes daban vuelta en mi cabeza; tan sólo unas horas antes estábamos en el bar. Un par de copas sobre la mesa, la música de fondo y su compañía eran mi mundo en ese momento. Sus ojos me intimidaban hasta el punto de que me era imposible hilar más de cuatro palabras... y sonrisas ocultas llenaban los silencios.

- Sé lo que sientes por mí - me dijo

No pude negarlo, pues eran evidentes mis sentimientos, y en más de una ocasión se lo había demostrado; aunque no me atrevía a pronunciar aquellas dos palabras que son capaces de erizar la piel de cualquiera, por más imperturbable que éste sea.

- Creo que se trata de una energía que debemos encausar - continuó
- Encausar??? - contesté con cierto sarcasmo - creeme que todo está perfectamente encausado...

Solamente sonrió, mostrando una vez más aquellas perlas enmarcadas por unos labios que me enloquecen aún sólo imaginando.

No recuerdo en qué momento nos conocimos; sin embargo recuerdo perfectamente el instante en el que me enamoré de esos ojos cafés y de ese tatuaje tan estratégicamente ubicado, que, aún ahora, me provoca noches de insomnio.

Fue en ese mismo bar... las copas, los micrófonos y una guitarra fueron nuestros cómplices. Esa noche, sin yo saberlo, se desencadenaría una serie de acontecimientos que cambiarían para siempre mi manera de ver las cosas.

Pero no nos salgamos del tema... regresemos al bar, y a mis sentimientos encausados.

Pasaron muchos minutos antes de que nadie dijera nada; únicamente un juego impetuoso entre dos miradas que sabían a la perfección lo que buscaban. Hasta que, después de lo que me pareció una eternidad sumida en aquellos ojos...

- Creo que este no es el lugar apropiado para nada... - susurró a mi oído

Sin pensarlo dos veces pedimos la cuenta, pagamos y salimos de la mano de aquel lugar.

Su coche, o el mío??? Circuito o Periférico??? Una gran confusión nos inundaba al saber lo que sucedería, aún sin querer reconocerlo. No recuerdo mucho del camino hacia su casa... únicamente algún beso cerca del lóbulo de la oreja y su rostro sonrojado al no saber qué hacer o decir.

Sin siquiera notarlo, nos encontrábamos en la puerta de su casa. Con las manos temblorosas sacó las llaves, abrió la puerta, me tomó de la mano y nos sentamos en la sala. Una botella de agavero sobre la mesa, dos copas, e infinidad de deseos reprimidos durante tanto tiempo.

- La noche es larga - me dijo, con el nerviosismo ahogando cada uno de los años recorridos durante más de 3 décadas de vida.

- El tiempo es subjetivo - le contesté...

Cada rasgo de su anatomía me enloquecía. Sus ojos cafés, enmarcados con tan perfectas cejas; sus manos, su espalda, sus labios... y aún me costaba creer lo que sucedía. Yo en su casa, con una cantidad extraordinaria de alcohol al alcance de la mano; era irreal, casi utópico; cualquier cosa era posible.

Mil recuerdos inundaban mi mente al estar a su lado. Tantas sonrisas, tantas miradas, tantas palabras que yo creí absurdas e insignificantes, cobraban sentido en ese momento.

Tomó una de las copas entre sus manos, entregándome a mí la otra. Bebió el contenido de un sorbo; imitando yo aquella acción, con la única esperanza de que los nervios que me invadían se desvanecieran un poco.

- A veces siento que no es suficiente lo que puedo darte - dijo, bajando la mirada

- Es curioso, porque no te estoy pidiendo nada...

Tomé su mano entre las mías y le di un beso en la mejilla, a lo que respondió con otro (inesperado, pero más que bien recibido) no precisamente en el mismo sitio. Nos separamos un momento; aunque desnudándonos con la mirada todo resultaba más complicado.

- No... no sabes lo que siento por ti - le dije clavada en sus ojos mientras veía su cara de confusión... - No puedes imaginarte siquiera todo lo que eres capaz de despertar en mí. Te me metiste hasta en los huesos; no sé qué hacer o decir cuando estoy contigo... te amo.

- Es increíble que yo pueda llegar a sentir algo similar por alguien tantos años menor que yo...

Antes de poder decir nada más... se acercó a mí...

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Una lindura literaria, digna de lugares menos íntimos, fuera de todo anonimato.
Un mal día de estos, tirándole a la coincidencia toda la responsabilidad, me gustaría encontrarme con esta-aquella, la mujer capaz de escribir así...
Abrazos

Bada dijo...

Angel: algun día... algún día...

Sólo Héctor dijo...

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And Bada gets romantic...

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Anónimo dijo...

Llegue a tu blog por mera casualidad, pero la "utopía" me tocó profundamente, son aquellas historias que se viven y se comparten para casi asegurarnos de haberlas vivido y si es posible, volver a vivirlas.

Anónimo dijo...

wow... que daria por ser yo a quien le escribiste eso.

Abbita dijo...

que intenso!!!! casi se sienten todas las emociones! la confusion, miedo, pena, amor y demas!

me gusto!

besos bada!

Bada dijo...

is real?: jajaja, si, como k ya era mucha estupidez para un solo blog no???

anónimo: me da gusto saber que te haya movido... es un episodio muy especial en mi vida. UN beso y gracias por pasar.

youknow: jajajaja gracias.

abby: tu siempre levantándome el autoestima!!!! besos...

Sólo Héctor dijo...

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@Bada: Pues un blog es p'a poner lo que quieras y si se te cruzaban puras estupideces, pues que otra cosa postear :P

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